martes, 17 de enero de 2012

El Duelo Infantil

El concepto de muerte es abstracto y complejo, de ahí que la forma de abordarlo y comprenderlo dependa de aspectos tales como la edad, la socio cultura, el nivel de desarrollo evolutivo, la educación, la religión, etc. Además de los aspectos emocionales que se encuentran involucrados, no sólo en los niños y adolescentes, sino en los propios adultos.

Los estudiosos de la conducta infantil, han manifestado que los niños por debajo de los tres años, aunque su expresión conductual del duelo no sea tan florida como en otras edades, sufren un impacto emocional ante la pérdida de un ser querido (sobre todo de la madre o del padre) verdaderamente grande, y sus repercusiones en la vida futura son impredecibles.

Generalmente un niño menor de 5 años de edad, aún no entiende los tres componentes fundamentales de la muerte que son:

• La muerte es irreversible, definitiva y permanente.
• Se caracteriza por la ausencia de las funciones vitales.
• La muerte es universal (todos debemos morir).

Es por ello que consideran a la muerte un estado temporal como el dormir o marcharse, esta creencia está reforzada por los personajes de dibujos animados que se “mueren” y “reviven” otra vez, además del pensamiento mágico característico de esta edad; también consideran que aún escuchamos o vemos a los difuntos o bien que como son ellos o sus padres nunca van a morir.

Se considera que alrededor de los 5-7 años se establece el concepto de muerte, aunque aún “rudimentario”.

Alrededor de los 9-10 años comienzan a pensar más como los adultos acerca de la muerte, pero todavía no pueden imaginarse que ellos o alguien que conozcan pueda morir.

La realidad de la muerte de un ser querido es difícil de aceptar no sólo para el niño sino para un adolescente y adulto. En los niños puede existir aún un pensamiento mágico y ego centrista que intente explicar la pérdida, por lo que en ocasiones el niño puede sentirse culpable y pensar que debido a algo que hizo o dijo, este ser querido murió.

Las ideas de muerte de un niño derivan de sus tradiciones familiares y sus experiencias previas con el tema. Los niños comienzan a preguntar sobre la muerte cuando ven a un insecto, roedor, o ave muertos, o cuando se les muere su mascota, es importante en este momento, responder todas sus dudas (dependiendo claro está de su edad), para que se forme en él una adecuada idea de la muerte.

Bienvenidos a Renacer Venezuela

Renacer, es un Grupo de autoayuda para Padres que han Perdido Hijos, es una obra de amor, ayuda y esperanza, donde es posible trascender el dolor, crecer y surgir con más fortaleza y amor para vivir una vida plena de sentido.
SI A LA VIDA A PESAR DE TODO!
Con compromiso y humildad, entendemos que es ayudando como más nos ayudamos. Recibir a los que recién llegan con todo su dolor es uno de los mejores homenajes que podemos hacer en memoria de nuestros hijos; y es en este dar y recibir, recibir y dar, que nos sentimos más partícipes de la vida, comprobando que sentir paz, amor y serenidad... es posible!
Renacer La finalidad del grupo
La finalidad del grupo es hacerle frente al dolor para así llegar a encontrar sentido al sinsentido.
Hacer frente a la muerte de un hijo es aceptar que el verdadero dolor existe ,no es una enfermedad ni un problema psicológico. Es la mas severa crisis existencial por la que puede pasar un ser humano y debemos dejar paso a la tristeza pues si vale la pena sufrir por algo es, por la muerte de un hijo.
El grupo nos ayuda a hacer alguna cosa con esta tristeza, sino esta nos llevará a la melancolía y la nostalgia nos dejará sin fuerzas, se apoderará de nosotros la amargura, controlando nuestro interior y desde este sentimiento es difícil salirse
Debemos tener una aceptación inicial de que a pesar de haber amado incondicionalmente nuestro hijo murió, la única libertad que nos queda es como afrontaremos nuestra propia vida a partir de ahora.
Ahora que se que no soy omnipotente y con la responsabilidad de ser consecuente con el momento.
La vida va muy rápida y lo que si hay algo que superar es el miedo a nosotros mismos, de sentir hasta donde estamos limitados y aceptar la vida sin juzgar y sin poder y no utilizar la muerte de nuestros hijos como excusa para no vivir nuestro tiempo.